Una de las elecciones más importante es esta: tomar tus propias decisiones o dejarte llevar, pero incluso cuando te dejas llevar ya estas tomando una decisión.
No obstante hay otra decisión que marcará tu existencia: decidir vivir o decidir morir. Cualquiera de las dos opciones es respetable, siempre y cuando la decisión la tomes libremente. Pero considero que elijas lo que elijas debes ser coherente con tu decisión y llevarlo a cabo con todas las consecuencias.
Si decides morir, allá tú, pero si decides vivir, tienes que vivir. Y creo que hay muchas más razones para vivir que para morir.
Pero vivir no es sólo respirar, cuando uno decide vivir tiene que hacerlo con intensidad. Es más, debería ser una obligación; aunque solo sea por respeto a esa madre que te ha tenido nueve meses y que te ha parido con dolor, o más aún, por respeto a tantos miles de personas que aún decidiendo vivir, las circunstancias o el azar las obligan a morir demasiado temprano.
Existirán muchos momentos en tu vida en que resulte duro hasta levantarse, y estas en tu derecho, no lo hagas, o al menos no lo hagas hoy, pero levántate mañana. Porque si; porque has decido vivir y porque gracias a esos momentos se valoran más los buenos momentos, que los hay y muchos, pero uno tiene que estar dispuesto a buscarlos. Nadie dijo que fuera fácil y si necesitas ayuda pídela (sólo si elijes vivir).
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