Una historia más sobre lo que yo me atrevería a llamar ya una epidemia: otro caso más de violencia de género que acaba en homicidio, o asesinato según se mire.
La historia de un hombre que lleva maltratando a su mujer durante más de 50 años. Una historia con muchos espectadores, espectadores pasivos del “oír, ver y callar”.
Y finalmente la mató. Y después de este atroz acto, cogió cinta de carrocero de la caja de herramientas y tapó la mirilla de la puerta con la cinta, se sentó en el sofá y esperó.
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