lunes, 21 de junio de 2010

La sociedad se esconde detrás de una mirilla tapada con cinta de carrocero

Esto resume una historia tristemente repetida y que he tenido la oportunidad de conocer de primera mano. Una historia de vidas rotas. Una historia de final dramático que no por eso desmerece el resto de la trama (en el sentido de que es tanto o más dramática que el final).

Una historia más sobre lo que yo me atrevería a llamar ya una epidemia: otro caso más de violencia de género que acaba en homicidio, o asesinato según se mire.

La historia de un hombre que lleva maltratando a su mujer durante más de 50 años. Una historia con muchos espectadores, espectadores pasivos del “oír, ver y callar”.

Y finalmente la mató. Y después de este atroz acto, cogió cinta de carrocero de la caja de herramientas y tapó la mirilla de la puerta con la cinta, se sentó en el sofá y esperó.

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