Y es que por más que me lo planteo no entiendo porque las niñas quieren ser princesas. Bueno, no nos engañemos, hasta yo en un momento de mi vida he querido ser princesa, pero si te paras a reflexionar un poco sobre los cuentos de princesas de toda la vida, empiezo a plantearme muy seriamente de donde sacaríamos esas ideas. Desde luego las mujeres tenemos bien aprendido lo de la resignación y el sufrimiento. Supongo que será un debate ya muy visto pero voy a abrirlo de nuevo.
Atent@s:
Cenicienta:
Huérfana de madre y odiada por su padre, porque solo así se entiende que consienta que sea esclavizada por su madrastra y sus hermanas. Suspirando desde su prisión para encontrarse un día con su príncipe azul. Con síndrome de Estocolmo, porque para colmo asume su papel de esclava secuestrada y quiere a su madrastra y hermanastras. Y para colmo sigue manteniendo su candidez; ¡si hasta tiene moral para levantarse y cantar a los pajaritos mientras pasa el mocho….
¿Y todo este sufrimiento para que?, ¿por unas horas de supuesta libertad?. Y digo supuesta porque, sin comerlo ni beberlo, la ponen unos taconazos de cristal (que no deben de ser nada cómodos), la encorsetan en un traje (que no te digo yo lo que tiene que pasar una para hacer un pis con semejante modelazo), la meten en una calabaza y la llevan a un baile para conocer al príncipe, y ligárselo en dos horas (que estrés).
Total un tío que ni siquiera se acuerda después de su cara y que solo busca a la sufridora que sea capaz de calzarse el zapatito supertaconazo de cristal y si le encaja le da igual … ¿ que podemos esperar de una persona así?. ¿Quien se cree que esta pobre mujer tendrá su recompensa a tantos años de resignación y esclavitud…..Yo no desde luego
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